Significará que, cuando AMLO derogue la reforma educativa, Claudio X. González ya no dirá nada? ¿Aplaudirá?
Llama mucho la atención que, de todo lo que ha trascendido de la reunión entre el Consejo Mexicano de Negocios y el candidato Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la frase más repetida y que resume el encuentro sea que los empresarios decidieron “caminar de la mano” con quien resulte ganador en la elección del 1 de julio.

¿Qué significará “caminar de la mano” con AMLO, si gana? Es realmente inquietante. ¿Significará que, cuando AMLO derogue la reforma educativa, Claudio X. González ya no dirá nada? ¿Aplaudirá?; ¿O acaso más bien tendrá que ver con que Eduardo Tricio, el dueño de Aeroméxico, defienda la posible cancelación del Nuevo Aeropuerto si al final AMLO no queda convencido de su viabilidad y efectivamente lo cancela?; ¿O será más bien que Germán Larrea deberá hacer mutis cuando se cancelen contratos de la reforma energética que ralenticen el vigor de sus empresas mineras, o si el nuevo gobierno decidiera modificar los términos de alguna concesión de ese sector o de alguna carretera?

El problema de México es que la mayoría de los actores relevantes del liderazgo nacional prefiere moverse en un nebuloso discurso donde sus intereses quedan supuestamente resguardados, sus enemistades quedan supuestamente suspendidas, sus principios son puestos en pausa, y las indefiniciones se alargan.

De tal suerte, la férrea defensa que hizo Claudio X. González, por ejemplo, de la reforma educativa, podría ahora quedar en un marasmo indefinido.

Eso sí, veríamos a los empresarios a partir del próximo año “caminando de la mano” con AMLO. Felices con la señora Clouthier, con la señora Sánchez Cordero o trabajando cercanamente a Napoleón Gómez Urrutia.

“De la mano”. Lo anterior demuestra que México no es un país de instituciones. ¿Qué necesidad tienen los hombres más ricos de “caminar de la mano” con un populista?

La respuesta está en que las instituciones no los protegen ni los protegerían en caso de alteración del orden económico que vulnere la propiedad privada y el funcionamiento del libre mercado.

Por consiguiente, es mejor “caminar de la mano” con el posible nuevo presidente, en lugar de enfrentarse a él. Hay quienes afirman que el problema es que AMLO vive confundido, y que los empresarios “caminen de la mano” con él significa ayudarle durante su gobierno a aclararle cómo funcionan las cosas.

Si así fuera el caso, entonces hay malas noticias para los chairos y los pejezombies: AMLO ya se plegó ante el poder económico. Eso sí, cuando todos se den cuenta de la realidad… se soltarán la mano.

IMEF INSISTE EN IVA

La línea de acción sobre el IVA de la Agenda IMEF, que preside Fernando López Macari, para el período 2019-2024, insiste: “Incluir un Impuesto al Valor Agregado generalizado para fomentar la formalización de la economía”. Eso implica alimentos y medicinas.

El Heraldo

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