Pero el temor de un menor crecimiento en el país vecino hacia 2020 complican más la posibilidad de que la economía mexicana se impulse.

El primer trimestre del año parece venir a quebrar una lógica inamovible: la correlación entre la economía de EU y la de México. Mientras la primera tiene su mejor rendimiento en 10 años, la segundo demuestra el peor de la última década.

Economistas consultados reconocen un debilitamiento en esta correlación ya que los factores internos mexicanos han tomado mayor fuerza. Ese es el caso para estos tres primeros meses del año, en donde las distorsiones locales no permitieron que el crecimiento récord en el país vecino tuviera mayor impacto en México.

Mientras en Estados Unidos su PIB creció en ese periodo al 3.2% -muy por arriba de la expectativa-, el de México mostró una variación de 0.2% frente al 2018. Y lo que más preocupó de este lado de la frontera, es que en el comparativo trimestral fue de -0.2%.

El crecimiento de Estados Unidos sí apoyó a la economía de México. Si ése hubiera sido menor, nuestro país hubiera tenido menores cifras”, destacó en diálogo con LPO Fernando López Macari, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

“Lo que sucedió es que los factores internos fueron más fuertes que el impulso de Estados Unidos, pero hay elementos que evitaron un mayor desplome, por ejemplo, las exportaciones no estuvieron tan mal, aunque es un número moderado y también se vio el impulso en las remesas”, agregó por su parte Sergio Kurczyn, director de estudios de Citibanamex.

De acuerdo con Kurczyn, estos factores son la política fiscal, la monetaria, cuestiones extraordinarias y la incertidumbre que genera el cambio de Gobierno. En el primer rubro, preocupa la caída en el gasto público y la inversión; en cuanto a la monetaria, las altas tasas de interés, que comenzaron su ciclo alcista hace tres años, ya tienen sus efectos en la inversión y en el consumo que está desacelerando.

En cuanto a la incertidumbre, las políticas del presidente no dejan de ser cuestionadas, como ocurrió con el reciente anuncio de que la construcción de Dos Bocas estará a cargo de Pemex y de la Secretaría de Energía bajo la proyección -en contra de todos los pronósticos del mercado- de terminarla en tres años y con un presupuesto de 8,000 millones de dólares.

Finalmente, en cuanto a los externos en los primeros meses se enfrentó la crisis del desabasto de gasolinas, huelgas en el norte del país y bloqueos a importantes vías ferroviarias.

Lo cierto es que, aunque débil, la relación entre México y Estados Unidos sigue presente y por eso alerta la coincidencia de que se aproxima un enfriamiento en la economía del país vecino del norte e incluso existe en el escenario el riesgo de recesión. Aunque cabe el debate de cuándo comenzará a manifestarse.

Para José Luis de la Cruz, director del IDIC, ya hay rasgos de esta desaceleración y se observa principalmente por la parte industrial y alerta que en unos seis meses más estos menores datos podrían empezar a contagiar a la parte de empleo y consumo. Por su parte, Marco Oviedo, analista de Barclays, reconoce que la parte en donde más se vinculan ambos países, la manufactura, está rezagada.

Aunque para Oviedo y para el analista de Citibanamex, aún no observan estas señales de contracción, pero sí coinciden en que hay riesgos latentes, aunque se leen de distintas maneras. Por ejemplo, Oviedo se concentra en la persistente tensión en la relación comercial China- EU. “Pero pensamos que habrá un acuerdo y por lo tanto no deberíamos ver problemas. Incluso si se resuelve hacia fin de año, la economía de Estados Unidos aún podría resistir”.

Para Macari y Kurczyn, la debilidad de ese país se presentará hacia 2020 y eso deberá preocupar a México. “Se ve una cuerva de rendimientos. Hay que considerar que la economía de Estados Unidos ha crecido ya por diez años consecutivos y estos ciclos normalmente duraban cinco años”.

El analista de Citibanamex explica, por su parte, que su proyección no se apoya en los indicadores sino en el momento em que se terminen los efectos de la política fiscal implementada por Donald Trump. “Crecer al 3% está muy por arriba del potencial, que creemos que es del 2% y se explica por la reforma fiscal, basada en un mayor déficit fiscal y eso impulsa la economía”. En su pronóstico, este efecto se dejará de sentir al final de este año o al inicio de 2020.

“Los efectos de la política fiscal, la económica y la incertidumbre continuarán en México, pero se irán los extraordinarios, por lo que esperemos que la economía muestre mejores datos en los siguientes trimestres. Sin embargo, el gran reto es 2020, por que va a tener menor impulso por parte de Estados Unidos y las cosas no necesariamente van a mejorar”, alertó Kurczyn.

Y es que el pronóstico de este especialista está por la mitad de la promesa de AMLO, que apunta a un crecimiento promedio en el sexenio de 4%, con el pico más alto al cierre de éste en 6%. “Nosotros creemos que nos quedaremos abajo del 2% unos años más y con un pico de alrededor de 2.5%, con lo que el promedio del sexenio más bien estaría en 2%”.

 

La PoliticaOnline

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