La Cuarta Transformación cumple su primer año con claroscuros en la economía, que se encuentra en declive, principalmente por la caída en la inversión, ante la incertidumbre en las políticas del actual gobierno.

Las decisiones que se tomaron en el arranque de este gobierno representaron un vuelco significativo en las políticas públicas, que han impactado de manera negativa en la economía, llevándola a su peor momento desde la crisis financiera.

Alberto Ramos, economista para Latinoamérica de Goldman Sachs, consideró que hay una clara desaceleración de la economía, una inversión muy rezagada y una debilidad en el consumo privado.

“Hay bastante incertidumbre sobre el rumbo de la política macroeconómica, hay diversos factores que han contribuido a esto, como el conservadurismo que ha tomado el Banco de México respecto a sus políticas monetarias, la disminución crediticia que amenaza a Pemex y la desaceleración en la generación de empleo, son señales inequívocas de que la economía del país se ha debilitado”, dijo.

Pero también hay temas que sobresalen, como el incremento al salario mínimo y el alza en las remuneraciones reales, que han mantenido a flote el consumo, así como la estabilidad en las finanzas públicas, la ratificación del T-MEC y los cambios a la reforma laboral

Para Ramos, es muy importante observar los dos ángulos que ofrece un incremento al salario, que se divide entre los que lo reciben y los que lo pagan.

“Es cierto que hay un aumento en las percepciones económicas, pero esto también tiene implicaciones macroeconómicas, ya que los incrementos representarían un incremento del costo de trabajo para los patrones, e incluso, podría ubicarse por encima de la productividad laboral, lo que en un mediano plazo podría derivar en una menor creación de empleo”, enfatizó.

Un punto favorable de la actual administración es la disciplina fiscal. Fernando López Macari, presidente nacional de Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), resaltó que hasta el momento, es muy rescatable el compromiso del presidente López Obrador con la disciplina en las finanzas públicas y con mantener un superávit primario, por lo que debería fungir como uno de los compromisos pilares e inamovibles de la actual administración.

“Los cuatro pilares que otorgarán confianza a los inversionistas y analistas que estudian las finanzas públicas del país son el cumplimiento de disciplina fiscal, el no incrementar la deuda soberana, no subir impuestos a las empresas y a las personas, y finalmente, respetar la autonomía del Banco de México”, puntualizó el presidente del IMEF.

Lo malo, la inversión
En la parte negativa, destaca la tendencia a la baja en el crecimiento económico, en los niveles de inversión y en empleo formal.

Aunque la meta de crecimiento de 2 por ciento anual durante 2019 se ve cada vez más lejana, un elemento clave para tratar de alcanzar esta cifra es la inversión, por lo que el actual gobierno aún tiene esa ‘arma’ bajo la manga.

Para Marco Oviedo, jefe de investigación Económica para América Latina de Barclays, hubo un antes y un después, a partir de la cancelación del aeropuerto de Texcoco, ya que después de las elecciones del primero de julio, hubo una apreciación de los activos del aeropuerto, debido a que el riesgo político se había desvanecido, pero con el anuncio de su cancelación, surgieron dudas sobre la forma de gobernar que tendría AMLO, lo que generó volatilidad en los mercados y desconfianza entre los inversionistas.

El Financiero

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