Debido a que el Producto Interno Bruto (PIB) de México se desaceleró bruscamente durante el primer semestre de 2019, el Fondo Monetario Internacional (FMI) bajó sus expectativas de crecimiento a 2.4 por ciento para el final del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, luego de pronosticarlo en 2.7 por ciento en abril pasado. Mientras tanto, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) también redujo sus previsiones económicas nacionales este año a 0.3 por ciento.

El organismo internacional explicó, en su documento Perspectivas de la Economía Mundial, que la inversión en México sigue débil, lo que se añade a la creciente incertidumbre política, la baja ejecución del presupuesto y algunos factores transitorios. Además, continúa latente el debilitamiento de la confianza y un mayor costo de endeudamiento.
Ante esto, Fernando López Macari, presidente nacional del IMEF, manifestó que el recorte del FMI responde a que el país atraviesa por un ambiente denso y complejo, ya que la incertidumbre doméstica es muy fuerte, por lo que también bajaron sus estimaciones de crecimiento a 0.3 por ciento para este año, desde 0.4 por ciento sugerido el mes pasado; mientras que para el próximo año pronostican 1.25 por ciento
“Hay tres componentes, de siete, que tienen en preocupación a analistas y economistas: la gobernanza, las condiciones económicas y las finanzas públicas. Vemos los esfuerzos del Banco de México para mantener la inflación y dar confianza en el país, y aun así, no hay apetito de inversión”, lamentó el presidente de los ejecutivos de finanzas.

Añadió que a la falta de confianza que tiene el país se le agrega la ratificación del T-MEC y la guerra comercial entre Estados Unidos y China; sin embargo, las políticas internas y la curva de aprendizaje del nuevo Gobierno, la cual se expandió de una forma que no preveían, es la principal causa de los recortes en las expectativas que diversos organismos y analistas han manifestado.

En cuanto a la economía mundial, el FMI estima un crecimiento de 3.0 por ciento, es decir, una baja respecto al 3.2 por ciento previsto en julio; mientras que para 2020 las proyecciones las redujo de 3.5 a 3.4 por ciento.

Detalló que el aumento de las tensiones comerciales y geopolíticas ha incrementado la incertidumbre en el futuro del sistema de comercio mundial y la cooperación internacional en general, al afectar la confianza empresarial, las decisiones de inversión y el comercio global.
Cabe recordar que el lunes pasado, Moody’s bajó, una vez más, su perspectiva de crecimiento de México para este año, al pasarla de 0.5, que previó en agosto pasado, a 0.2 por ciento, impulsado por un menor crecimiento en el consumo interno y las inversiones.

“La perspectiva negativa refleja nuestra opinión de que el marco político se está debilitando. Primero, la formulación de políticas inconsistentes y los mensajes contradictorios están socavando la confianza de los inversores y las perspectivas económicas a mediano plazo”, aseveró la calificadora.

Además, el FMI recomendó al Gobierno eleve el IVA a los alimentos en 16 por ciento, en lo que implementa un sistema tributario más efectivo, para producir ingresos fiscales que equivaldrían a 1.0 por ciento del PIB. El IMEF renovó su propuesta para que se implemente esta medida y suba la base de contribuyentes.

La Razón

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