En medio de la adversidad el tipo de cambio hacia el cierre del año se pronostica en 23 pesos y sólo la degradación del bono soberano de México podría llevar su valor a los 28 pesos, dijo Marissa Ladrón de Guevara, directora de Negocios de Intercam.

El consenso de los bancos es de estar en un 22 alto a un 23, en donde Intercam, Banorte y otras instituciones bancarias están afines a la estimación del tipo de cambio.

Fernando López Macari, ex presidente de IMEF, pronosticó un 23 alto (que se pagará más pesos por dólar) y una estimación mayor al cierre del año de 24.5 pesos por dólar.

La tendencia

La Agencia de Pronóstico Económico dio a conocer sus proyecciones del tipo de cambio. Para el lunes 18 de mayo el tipo de cambio estará en 22.771, máximo 23.113, mínimo 22.429 por dólar y para el martes 19 de mayo será de 23.201, máximo 23.549, mínimo 22.853.

Para el miércoles 20 de mayo el tipo de cambio será de 23.586, máximo 23.940, mínimo 23.232 por dólar.

El jueves 21 de mayo se espera que el tipo de cambio se encuentre en 23.019, máximo 23.364, mínimo 22.674.

Y para el viernes 22 de mayo, 22.654, máximo 22.994, mínimo 22.314.

La recuperación de la moneda estará sujeta a la fuerza de reactivación económica en México y EUA, recuperación del precio del petróleo; elecciones presidenciales en EUA, expuso CI Banco en su análisis.

Las expectativas del tipo de cambio para 2020, elaboradas por la Dirección de Análisis Económico y Bursátil CIAnálisis para mayo de 2020 exponen que para el cierre del año la institución financiera estimó un tipo de cambio negativo de 25 pesos por dólar, mientras en el positivo sería de 20.50 y el escenario base sería de 22.50 pesos.

El Diario de Coahuila

El analista financiero Fernando López Macari dijo que el costo sobre las finanzas públicas “se triplicó” y la presión no disminuirá, pues el gasto seguirá creciendo, sobre todo en el caso de las pensiones de los trabajadores del Estado, las universidades y los estados de la República.
Del año 2000 a 2020, el costo asociado de manutención de las pensiones públicas del país creció de 1.0% del Producto Interno Bruto (PIB) a 3.0%, esto es, se triplicó, aseguró el analista financiero Fernando López Macari.

En el marco de la presentación del Foro de Negocios 2020, cuestionado por Notimex, relató que el problema es delicado porque a pesar de que las autoridades tratan de incentivar el ahorro en la etapa productiva, “la curva de crecimiento sólo va a ser menos pronunciada, pero nunca va a ser descendente”.

Es decir, indicó, el costo sobre las finanzas públicas “se triplicó” y la presión no disminuirá, pues el gasto seguirá creciendo, sobre todo en el caso de las pensiones de los trabajadores del Estado, las universidades y los estados de la República.

En cuanto a las personas que se jubilarán bajo el régimen de las Administradoras de Fondo de Ahorro Para el Retiro (Afore), esto es la “generación Afore”, se estima que poco menos de 25% cumplirá la edad de retiro con el número de semanas de 1,250 cotizadas a lo largo de su vida laboral.

De esta manera, “el otro 75% en promedio, números más o menos, va a llegar a la ventanilla y va a decir vengo a jubilarme, tengo la edad necesaria, y le van a decir ‘fíjate que no cumples con las semanas y no eres elegible’ para la jubilación”.

Para el especialista, así se iniciará la segunda fase que será “pase y recoja un cheque con lo que contenga su cuenta de Afore, más rendimientos y ajústese el cinturón”.

López Macari indicó que las pensiones “serán un problema de pobreza en la edad adulta, en la edad que eres menos productivo, porque el cuerpo ya no te lo permite y en la edad en que estas menos actualizado, porque ya te superó la ola tecnológica y en la edad en la que eres más dependiente, necesitas servicios médicos y de cuidados personales”.

Entonces, prosiguió, genera también un problema de índole social, porque se tiene una generación que busca trabajo fuera de su ciudad natal y migra a las zonas donde se concentra la producción.

Así el problema es grave, insistió el también expresidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), porque sigue al alza el costo financiero asociado a las pensiones públicas.

Además, dijo López Macari, “si a ello le suman el crecimiento de la expectativa de vida mundial, que señala que la esperanza de vida estaba entre 60 y 65 años, y ahora está entre 70 o 75 años, entonces la gente vive más y tiene menos dinero para vivir esos años”.

“Este es el problema de pensiones y jubilaciones, pues los gobiernos de muchas partes del mundo han tenido que enfrentar este problema y el gran costo asociados es un costo político. Nadie quiere ser el gobernante que le lleve las malas noticias a los trabajadores de que su edad de jubilación ya no va a ser de 65 años, como pensaban, y ahora será de 70 o 75 años”.

Y tampoco, dijo, “nadie quiere decirles (a los trabajadores) que su ahorro obligatorio a través del seguro social o de Infonavit se va a incrementar tres puntos porcentuales o que su cuenta de vivienda va a ser disminuida porque tiene que aportarle a su pensión; nadie quiere decirles porque tienen un costo político asociado muy fuerte, porque le pegan prácticamente a toda la población”.

El especialista añadió que “el tema se tiene que resolver desde la voluntad política, pero de no resolverse desde la voluntad política tiene un alto impacto financiero y económico. No solamente de las finanzas públicas, sino también de las finanzas personales de los mexicanos”.

El Economista

A través de una carta-compromiso se les pidió que mientras disfrutaban de un tamal de chipilín y disfrutaban de un chocolate caliente, apuntaran con que cantidad de dinero y de billetes se anotaban

A finales de julio de 2019, cuando ya muy a la baja estimaba un crecimiento económico de 0.9 por ciento, de 1.2 por ciento inicial a principios de año, Fernando López Macari, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, decía que una de las razones por las que se estaba desacelerando la economía era porque no se estaba generando un entorno de confianza a los inversionistas.

“La economía mexicana se está desacelerando más de lo anticipado… Falta una generación de confianza para invertir, se han tenido decisiones del gobierno que no están generando la confianza necesaria para que se reactiven los proyectos de inversión”, expresó.

En noviembre, Carlos Slim y Carlos Lomelí, dos de los empresarios más afines al Presidente Andrés Manuel López Obrador, restaban importancia al crecimiento. El primero dijo que “no era importante” porque apenas se estaban sentando las bases de un nuevo gobierno. El segundo, que resultaba “ocioso” discutir el tema.

Ya en pleno 2020, hace unos días, en una entrevista para El Heraldo de México, José-Oriol Bosch Par, Director General de la Bolsa Mexicana de Valores, advirtió que si no hay crecimiento económico, las inversiones no van a llegar al país y el mercado de valores no va a expandirse.

“El crecimiento debería empezar a ver la inversión, debería haber un mayor grado de confianza y certidumbre para que se realicen inversiones, haya empleo y consumo”, expresó.

Precisó que si el país registrara un PIB más alto, los grandes inversionistas vendrían y generaría más flujo al mercado de valores.

En el mismo sentido se manifestaban otros representantes de organismos financieros, por no decir que todos, aunque algunos preferían dorar la píldora para no quedar mal con el gobierno.

Uno más fue Carlos Capistrán, economista en jefe para México y Canadá de Bank of America Securities, que a mediados de enero de este año expresó preocupación por las tasas de crecimiento.

Afirmó que el estancamiento de la inversión podría llevar a México a dañar su crecimiento potencial.

“Lo que estamos viendo en el crecimiento es que no hay inversión, eso me preocupa mucho porque la falta de inversión hace que no crezcas hoy ni mañana, entonces el crecimiento potencial puede estar en riesgo de bajar.

“Me preocupa el crecimiento, pero lo que me quita el sueño es que la inversión no da la vuelta, y creo que es muy importante que se den las condiciones para que la inversión crezca”, añadió Capistrán.

El asunto del crecimiento económico, tal vez no fatal, se reflejó agriamente en las cifras de fin de año. Todas las expectativas cerraron en negativo, el PIB decreció a 0.1 por ciento, el peor resultado desde 2009, de acuerdo al INEGI.

El panorama lo previeron tanto organismos empresariales nacionales, como internacionales, entre ellos las calificadoras y el Fondo Monetario Internacional.

Definitivamente no es el fin del mundo, pero sí una señal para, cuando menos impulsar la inversión. Esa que los empresarios mexicanos han pactado con el Presidente López Obrador, pero que nada más no llega.

Ante todo este esquema, en apariencia, el menos preocupado era el Presidente. Para él las cifras no dicen mucho, “no importan mucho”.

“Yo tengo otros datos: puedo decirles que hay bienestar”. Sin embargo, no mencionó nada sobre el incumplimiento de crecer anualmente a entre 2 y 4 por ciento.

VENTA DE GARAGE, SUBASTAS Y RIFA

Aunque la guardia no baja, ni el entusiasmo escasea, como puede verse cada día en la conferencia matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional, es un hecho que el Gobierno Federal cuenta con pocos recursos para solventar gastos o cumplir programas prioritarios.

A diferencia de gobiernos pasados, la estrategia de “austeridad republicana”, así como la creación del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado”, que apresura la recuperación de recursos con la venta o remate de las confiscaciones al crimen organizado, como a defraudadores, trasciende en un fondo con el que se han empezado a sortear algunas obras, aunque resulta insuficiente.

Más aún porque el propio López Obrador ha fijado la atención de la sociedad en tres grandes obras, el aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya y la refinería “Dos Bocas”, en principio.

Obras que requieren de un capital altísimo para concluirlas. Quizá por eso su arranque ha sido casi imperceptible. Pero, además, bajo una advertencia que aunque no se hizo pública, sí fue un secreto a voces: “No hay dinero”, dijo Arturo Herrera, Secretario de Hacienda.

Un reportaje bastante detallado de Lidia Arista, periodista de Expansión Política, indica que hasta ahora el gobierno de López Obrador ha realizado siete subastas en las que ha recaudado alrededor de 351 millones de pesos.

De ellos, solo ha entregado cerca de 200 millones, repartidos en la construcción de caminos, apoyo a municipios con pobreza extrema, deportistas y niños músicos, entre otros.

Las subastas han contemplado unos mil 200 artículos, de los que se habrían vendido casi la mitad. Entre estos están “la casa del empresario chino-mexicano Zhenli Ye Gon, un reloj Romain Jerome elaborado con piezas del barco Titanic, un automóvil denominado “La Bestia”, un Lamborghini Murciélago, y una casa vinculada al cártel de Los Beltrán Leyva”, detalla el reportaje.

Así las cosas, el esfuerzo de las subastas resulta aleccionador porque se trata de artículos o propiedades que en su momento se adquirieron “malhabidamente” o con gasto excesivo, pero lo recuperado no da para solventar pendientes mayores.

Uno de los rubros que más apremian, entre quizá una lista bastante amplia, está el de las medicinas y equipo para hospitales, que ha salido a relucir ante el “atorón” en el suministro de medicamento y el surtido de recetas en el sector Salud.

Parte de la solución, aunque tampoco es la panacea, el Presidente la tiene muy cerca desde que arrancó su gestión el 1 de diciembre de 2018, su valor es de 3 mil millones de pesos. El problema es que a nadie atrae. Se trata del avión, ahora ex presidencial, Boing 787, bautizado como “José María Morelos y Pavón”.

Durante un año y tres meses se ha ofrecido en venta, en renta y hasta en copropiedad, pero la estrategia no pega. Ni reyes, ni príncipes y, mucho menos, Jefes de Estado, le han echado el ojo.

Y en lugar de ganar, el gobierno mexicano pierde. Mantenerlo estacionado en Victorville, California, durante más de un año costó cerca de 30 millones de pesos, entre su mantenimiento y preservación.

Además, donde hoy se encuentra estacionado genera un costo de 4 mil dólares por semana.

En el 2012 costó 230 millones de dólares, unos 8 mil millones de pesos. Actualmente está valuado en 120 millones de dólares, unos 2 mil 600 millones de pesos.

¿Qué hacer entonces con un diamante que nadie quiere por fastuoso, oneroso y “faraónico”, como afirma López Obrador?

Entre broma y comentario; entre chascarrillo y ocurrencia, el 17 de enero, el Presidente dijo en su conferencia matutina que buscaría deshacerse de él a como diera lugar, así fuera rifándolo.

¿Rifándolo? Todos los tomamos a broma. Él también, pero después le cayó el veinte. Si un rey o un príncipe no lo quieren, y ni siquiera un Jefe de Estado, pues que lo tenga un mexicano, no importa que esté jodido, a ver qué hace con él.

Aunque al Presidente le preocupe que “se desgracie” ante tanto dinero.

Sí, claro, rifar el avión. No faltó quien comentara que al Presidente, literalmente, “se le había ido el avión”.
Quizá ha sido en toda la historia de la “memelogía”, el comentario que más memes ha desatado.

Él mismo se carcajeó de ellos y de la gracia que muchos generaron.

Desde ese día fue “refinando” la idea.

Alguien, quizá, le habrá dicho que no es muy recomendable que cualquier mexicano, sobre todo con salario bajo, tenga un avión en su casa o donde pueda meterlo o estacionarlo.

Otros le habrán dicho que la idea no era muy “aterrizada”. ¿Cómo rifar un avión que no se ha terminado de pagar? ¿Y las leyes que regulan los sorteos qué dicen? ¿Y de qué le servirá a un mexicano tener una aeronave que nunca va a utilizar?

Como que algo no hacía “click”. Pasaron los días y su idea la varió un poco, o un mucho: Se rifaría el avión, pero solo en imagen. Rifaría el monto que cuesta el avión. O quizá ni eso. Rifaría dinero, pues, y la ilusión de un avión.

Pero lo peor no era eso para un Presidente que tuvo una “genial idea”, sino ¿ahora cómo hacer para decir que rifaría el avión, sin que se rifara el avión?

Pues nada más decir que se rifaría el avión, pero no se entregaría, y que seguiría siendo propiedad del Estado. El sorteo quedó fijado para el próximo 15 de septiembre.

¿Cómo así? Pues así.

‘LOS TAMALES MÁS CAROS QUE ME HE COMIDO’

“Son los tamales más caros que me he comido en toda mi vida”, dijo Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario, tras salir de la cena que el Presidente López Obrador organizó a empresarios en Palacio Nacional para comprometerlos en la compra o venta de “cachitos” para la rifa del monto del avión.

Bosco habría imitado una expresión similar de Carlos Bremer.

La cantidad de empresarios invitados variaba. El miércoles se afirmaba que los convocados eran 100. El periódico Reforma mencionó en su nota de portada del jueves que acudieron 200. El Presidente dijo en su conferencia matutina que solo se presentaron 75.

Lo importante fue que, en masa, los hombres del dinero privado en México acudieron puntuales al llamado del Presidente.

Así, entre los muchos que pasaron desapercibidos, se notaron Miguel Alemán Velasco, Carlos Salazar Lomelín, Emilio Azcárraga, Carlos Bremer, María Asunción Aramburuzabala, Bosco de La Vega, Carlos Slim, Carlos Peralta, Vicente Yáñez, Daniel Chávez, Miguel Rincón, Olegario Vázquez Aldir, Antonio del Valle, Alejandro Ramírez, Ángel Mieres.

Ellos, los empresarios, que por ahora poco han invertido para ayudar al crecimiento económico, esta vez sí invirtieron, en ”cachitos”, pero invirtieron.

A través de una carta-compromiso se les pidió que mientras disfrutaban de un tamal de chipilín y disfrutaban de un chocolate caliente, apuntaran con que cantidad de dinero y de billetes se anotaban.

Cual “teletón” (“aviontón”), se especificaba escoger entre 20, 50, 100 o 200 millones de pesos, es decir, el costo de adquirir 40 mil, 100 mil, 200 mil o 400 mil de los 4 millones de “cachitos” destinados al sector empresarial.

Con su “aportación”, los empresarios cubrirían los 2 mil millones de pesos de los 100 premios de 20 millones de pesos cada uno.

Arturo Soto Munguía, periodista de Dossier Político, vio todo el entramado desde un ángulo más novedoso:

“En el fondo de todo esto, lo que aparece es una versión recargada del ‘copelas o cuello’”, que Zhenli Ye Gon aplicó a Javier Lozano.

Varios días antes se detalló la logística de la que ya se prevé como “la madre de todas las rifas”.

Se imprimirían 6 millones de “billetes”, rotulados con la imagen del avión que se va a rifar, pero no se va a rifar, pero que cuando compremos nuestro “cachito”, pensemos que nos ganaríamos el avión.

Cada “cachito” costará 500 pesitos. Con la venta de todos los billetes se obtendrían 3 mil millones de pesos, rebasadito el precio del avión.

El premio ya no sería uno porque no será el avión, sino el costo del avión; pero tampoco eso porque los ganadores serán 100 con 20 millones de pesos para cada uno.

¿Entendieron o vuelvo a empezar?

El enjuague no termina ahí. Sino que el gobierno o, más bien, el Presidente, no agarró de puerquito al pueblo sabio, sino de “cochinito”. Los ciudadanos serán los que sufraguen los gastos pendientes del gobierno.

Porque si se les vuelve a poner, pues vuelven a rifar el avión sin el avión. O el Tren Maya, no importa que todavía no se construya, si al fin solo existirá en los billetes de lotería y en la mente de quien rifa y quien compra los “cachitos”.

Pero para regar los “cachitos” se requiere un “ejército”, que además garantice que no habrá pérdidas.

Y qué más que un “ejército” de empresarios.

Había que reunirse con ellos, ofrecerles una cena entre típica y austera, pero con sabor a pueblo. Sí, claro, con compromiso bajo firma autógrafa.

Por algo se empieza. El miércoles pasado, el sector empresarial, como quitar un pelo a un gato, aceptó hacerla de “billetero” en la rifa del avión sin avión.

En las próximas semanas, o días habría que recordarles que lo que hace falta es mucha más inversión real de parte de ellos.

Algo más que gritar “¡Premio número… Premio número!”..

Impacto

Luego de que el fantasma de la incertidumbre por la llegada de un nuevo gobierno ha desaparecido, la economía nacional tiene la posibilidad de alcanzar un crecimiento de apenas uno por ciento.

Así lo afirmó Fernando López Macari especialista financiero, quien destacó que este año se cuenta con tres factores que ayudarán al Producto Interno Bruto salir del estancamiento en el que se encuentra.

Al participar en el Foro de Negocios Desafíos 2020, con la conferencia “Recetas contra el crecimiento cero”, agregó que la recuperación de la producción petrolera, se dará ya que volverán abrirse algunos pozos petroleros, que en 2014 y 2015 fueron cerrados ante lo costoso que salía la extracción del crudo y los bajos precios en el mercado internacional.

 

889noticias

Los bonos que hace dos años colocó Petróleos Mexicanos (Pemex) en los mercados se cotizaron cerca de un nivel récord, al ubicarse en 109 dólares, esto luego de que el año pasado fueran considerados como “bonos basura”, ante el temor de una caída en la calificación por parte de las agencias calificadoras y una producción de crudo que estaba lejos de repuntar.

Hoy la realidad es diferente, cada vez se alejan más los temores sobre una rebaja en la calificación de Pemex y se ha notado un ligero repunte en la producción de crudo por parte de la empresa. Ante ello, los inversionistas han buscado un mayor rendimiento que les ofrecen los bonos de Pemex con vencimiento en 2027, mismos que pagan alrededor de 233 puntos básicos sobre la deuda soberana de vencimiento similar, en comparación con los 150 puntos básicos cuando se vendieron en 2017.

Urgen abrir a Pemex a privados
Para que Pemex alcance su meta de producción en 2020 y no se tomen recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), será necesario que el Gobierno abra las puertas a la inversión privada, al mismo tiempo que se brinde certidumbre económica y jurídica, aseguraron expertos consultados por 24 HORAS.

David Maravilla, consultor de la firma Horizon Client Access, argumentó que 2019 no fue el mejor año para la empresa petrolera, debido a la cancelación de contratos con la iniciativa privada, la incertidumbre generada por la administración federal y el incumplimiento del estimado de producción.

“Cancelar rondas le pegó a la operación, perspectivas de la calificación y hay un riesgo a largo plazo”.

Según la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), el promedio de la producción de petróleo el año pasado fue de un millón 679.1 miles de barriles diarios, menor en 7% respecto a 2018. El Gobierno previó que para 2020, Pemex producirá un millón 951 mil barriles diarios.

Al respecto, Maravilla dijo que son unas metas muy ambiciosas y complicadas de alcanzar, debido a que la empresa productiva del Estado no cuenta con la tecnología y experiencia necesaria.

En ello coincidió Ramsés Pech, analista energético, quién añadió que los Contratos de Servicios Integrales de Exploración y Extracción (CSIEE), esquemas de trabajo en conjunto con privados en donde Pemex tiene un mayor control de la operación, son las vías más factibles para aumentar la producción. Fernando López Macari, ex presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), destacó que impedir la participación de empresarios privados se traduce en un freno a nuevas inversiones.

Dato:
109 dólares se cotizaron los bonos de Pemex

 

24 Horas

xpresidente del IMEF advierte la falta de confianza

CIUDAD DE MÉXICO (Notimex).— El crecimiento de la economía mexicana representa un desafío este año, sobre todo por la falta de confianza del empresariado, dijo el analista financiero Fernando López Macari.

En el marco del anuncio del Foro de Negocios 2020, a realizarse en Ciudad de México el próximo 13 de febrero, el también expresidente del Instituto Mexicano de Ejecutivo de Finanzas (IMEF) explicó que para recuperar esa confianza “se requiere una política económica estable y una perspectiva de crecimiento que permita bajar el grado de incertidumbre que viene implícito en el riesgo de hacer negocios”.

En 2019, recordó, se registró una contracción de la economía, y cuando se ve que la perspectiva de avance para este año es menor por parte del Banco de México y otros organismos a la proyectada por el gobierno federal la pregunta es ¿de no darse este crecimiento económico, qué es lo que está en riesgo o qué está en juego?

Ante ello, respondió: “Lo que claramente está en juego es una reducción de los ingresos tributarios que podrían afectar al presupuesto, porque este fue calculado con base en un criterio de crecimiento de 2.0% del Producto Interno Bruto (PIB)”.

“De no alcanzarse ese crecimiento económico de 2.0% esperado por el gobierno federal para este año, de nuevo estaríamos enfrentando recortes al gasto público”, señaló el yucateco.

Detalló que ante el nulo crecimiento en el país se genera un círculo negativo, “si las empresas no crecen no generan utilidades y a su vez, no pagan impuestos, entonces el Estado recaudará mucho menos y deberá generar ajustes al presupuesto”.

Señaló que esta “es una de las preocupaciones más grandes para este año 2020, la cual se suma a la caída de la producción petrolera en México desde 2013, junto con la caída de los precios del petróleo que ha impactado de manera importante a las finanzas públicas, pues hay una clara dependencia hacia estos dos factores”.

López Macari dijo que éstos y otros temas se tocarán en el marco del Foro de Negocios 2020, que se realizará la próxima semana.

Diario de Yucatan

El sector privado afirmó que los constantes cambios en las reglas por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador en diferentes industrias, dañan a México; además, temas como la rifa del avión presidencial y modificar los días de asueto son una cortina de humo. Durante la presentación del Foro de Negocios 2020, el ex presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Fernando López Macari, refirió que el tema principal en el país es la falta de certidumbre por parte del gobierno. “Creo que lo que le ha hecho mucho daño a éste país en el último año, es el cambiar por cambiar. No veo una demanda del pueblo sabio, que diga, no nos gustan los puentes. No vemos una necesidad que se atienda con esa medida, vemos que el cambio obedece a una posición unilateral”, aseveró. A su vez el consultor y asesor del Consejo Maquilador de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicio de Exportación (IMMEX), Carlos Palencia, afirmó que el gobierno no ha ofrecido certeza en ningún sentido, por lo que temas como la rifa del avión y cambios en días de asueto, son distractores. “Creo que la única certeza que tenemos es que no hay certeza, y de que se está evadiendo la realidad, se están haciendo cortinas de humo cada día, ahorita fue los días de asuetos, el avión, las medicinas, tenemos que exigir certeza de atacar los temas”, afirmó. López Macari dijo que el hecho de que cada mañana el mandatario de México anuncia un cambio, o una forma diferente de hacer las cosas, “evidentemente genera incertidumbre”. Comentó que reflejo de la incertidumbre es lo que está pasando en el entorno empresarial de México, “no tenemos certidumbre de qué esperar porque un tema que pensamos que no es importante como el de los días laborales se vuelve de un día a otro el centro de la discusión”. “Es momento de generar un piso parejo de confiabilidad, una estrategia de comunicación que se centre en los ejes principales de este gobierno y que eso haga que los empresarios tengan confianza y se traduzca en inversión”, dijo. Confío en que se logre cambiar esta tendencia pronto, “creemos que 2020, que es un año bisiesto, será de crecimiento de al menos 0.26 por ciento, creemos que el T-MEC traerá oportunidades a México, y creemos que se incrementará la producción petrolera y estos serán los factores que ayuden a crecer”. https://www.milenio.com/negocios/ip-cambio-reglas-rifa-avion-asueto-danan-mexico

Milenio

ese a las expectativas poco favorables generadas en torno al primer año de gestión del actual gobierno federal, se espera que el año 2020 sea mejor que el 2019, se espera que se hayan aprendido algunas lecciones de este primer año de gobierno para que se sienten las bases para un mejor desempeño que genera mayor confianza.
Comentó lo anterior, Fernando López Macari, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) en entrevista con LA REVISTA PENINSULAR, y agregó que para entender el comportamiento económico y financiero del país es necesario hacer una retrospectiva con el pasado reciente:

“Hay que recordar que 2018 cierra con crecimiento económico del 2% del Producto Interno Bruto, entonces la expectativa para el primer año de gobierno de AMLO era que tuviera un menor crecimiento económico porque típicamente cuando hay un cambio de administración federal se genera un menor dinamismo económico asociado con la curva de aprendizaje de los funcionarios que llegan al gabinete, pues no saben todavía cómo instrumentar los programas o aplicar el presupuesto, esto se da de una manera natural, se dio con Fox, con Calderón y con Peña Nieto”.

“Nuestra perspectiva era que inicialmente México pudiera crecer en rangos del 1.8 por ciento durante todo el 2019, pero no contábamos con que a principios del 2019 íbamos a despertar con un desabasto de combustible, principalmente, en la zona del Bajío, Aguascalientes, Guanajuato, Zacatecas, Jalisco, en toda esta zona que además hoy es la zona que más aporta al Producto Interno Bruto de nuestro país, por ser una zona industrial”.

Este desabasto de combustible que se da por el combate al huachicoleo disminuyó la actividad económica en esa zona de manera importante durante enero y la primera quincena de febrero, agregó.

Si a eso le sumamos –continuó-, el bloqueo de ferrocarriles en Morelos y los paros laborales en Matamoros, Tamaulipas, que vinieron después de esos eventos, más una ausencia de falta de permisos, de licencias de construcción en la Ciudad de México que, prácticamente se reactivaron hasta octubre ; había muchas irregularidades, eso paró una de las actividades más importantes que es la construcción y que representa el 62.5 por ciento de la actividad económica del país, eso de alguna forma desaceleró el proceso de crecimiento.

Entonces –abundó-, todas estas acciones que se han conjuntado han obligado a que vayamos disminuyendo las perspectivas de crecimiento económico mes a mes. En el IMEF hacemos una encuesta mensual de evaluación de estudios económicos con 32 especialistas muy prestigiados, y los resultados nos han llevado a tener que disminuir hasta el día de hoy la perspectiva de crecimiento al 0.01 por ciento para el país en este 2019.

“Sin embargo, para el 2020 nuestra perspectiva es que vamos a crecer un poco arriba del 1 por ciento del PIB. Hay que tener en cuenta dos cosas, la primera, que el crecimiento se mide tomando en cuenta el crecimiento del año anterior, es decir, si en 2019 tenemos un crecimiento del 0.01 pues crecer 1% pues tampoco es muy halagador, apuntó el especialista. Y la segunda, que hay crecimientos que se van a dar por inercia o por naturaleza, por ejemplo el 2020 será un año bisiesto, en un año bisiesto hay más días laborales, estos días laborales está comprobado que aportan .25% del crecimiento del PIB, si a eso se agrega que es muy probable que se apruebe el Tratado de Libre Comercio (Temec) si no a finales de este año si en el primer trimestre del próximo, eso le dará certeza a las inversiones transnacionales que por fin va a detonar estos proyectos de inversión y creemos que eso va a impactar de manera importante”.

Por otra parte, la producción de petróleo en México ha sufrido una caída muy importante en este rubro y a eso se debe en gran medida la falta de crecimiento económico. El Sur-sureste le apostó al petróleo, le apostó Campeche en Ciudad del Carmen y Tabasco en Villahermosa y la frontera con Campeche, el sur de Veracruz con el área de Coatzacoalcos, y fue muy rentable durante mucho tiempo, pero lo que pasó es que –durante la época de Fox el barril de petróleo se vendía en 100 dólares y hoy ese mismo barril se vende entre 50 y 60 dólares, explicó.

Asimismo, explicó que en el sexenio de Fox se abrieron muchos pozos petroleros basados en el que el costo de extracción no importaba porque el precio de venta era muy alto y quedaba un buen margen de utilidad, pero cuando se presenta la caída de los precios, en el sexenio de Peña Nieto, se ordena el cierre de algunos de esos pozos porque el costo de producción era mayor al de venta, entonces cada vez que se producía, PEMEX estaba perdiendo dinero.

“Incluso el precio del petróleo llegó hasta los 20-30 dólares por barril, y ahora que está a 50 pues pensamos que ya vuelven a ser rentables algunos de estos pozos que se cerraron y que sabemos que Pemex va a reactivar en el 2020 y eso podría ayudar a generar una mayor actividad económica”.

Ese fue el proceso que se vivió en el 2019 y el contraste lo que vamos a ver en el 2020 de manera inercial. Pero lo que es importante apuntar la falta de inversión, la caída de inversión fija bruta, que tuvo una caída de acuerdo con datos del Inegi, que no se experimentaba desde el 2015, y que de alguna forma se ha provocado por la falta de credibilidad y certidumbre sobre la nueva política de gobierno de AMLO.

En este sentido, hay que divorciar la discusión política de la económica-financiera porque si bien el presupuesto ya se aprobó bajo un ambiente donde había bloqueos en la cámara y los legisladores accionaron un mecanismo alterno que los llevó a sesionar fuera de la sede y que concluyó con la aprobación del presupuesto, finalmente eso le genera certidumbre al país, porque la otra cara de la moneda es que hoy estuviéramos todavía con discusiones y bloqueos sin tener todavía un presupuesto.

Pero además –subraya el entrevistado-, se aprueba un presupuesto que es responsable desde el punto de vista fiscal financiero, es decir, mantiene un superávit primario, que quiere decir que gastará solamente lo que se obtiene de ingresos, que no tendrá endeudamiento adicional y que se mantendrá sobre variables como el tipo de cambio, crecimiento económico que pudieran ser aterrizadas o ancladas. En este sentido es que decimos que el presupuesto le genera una certeza al gobierno y al clima de negocios en México.

¿Se verá reflejado en el bolsillo de la gente?

Hay que diferenciar dos temas, el primero es que la gente si está sintiendo una diferencia en su bolsillo a favor, esta diferencia está viniendo por los aumentos salariales que se decretaron el año pasado y segundo por los programas de asistencia social que se dan de manera directa y tercero por un ambiente de consumo que ha sido factible por la baja inflación que se está viviendo en México, es decir, al tener una inflación muy controlada, los cambios en los precios son menores y hay más confianza en el consumidor con respecto a sus gastos, explicó.

“Estos factores los está sintiendo el ciudadano promedio y se está reflejando en la aprobación de AMLO pero por otro lado están las grandes inversiones de largo plazo que se requieren para garantizar que se sigan ofreciendo los empleos en México”.

En el 2017-18 hablamos de 800 mil empleos generados en el IMSS hoy estamos viendo 400 mil muy por debajo de lo que se esperaba, y eso en el largo plazo es poco sostenible porque estos empleos van a empezar a hacer falta y tendrán su efecto en el tejido social que pueden resultar en brotes de violencia, puntualizó.

 

La Revista

El primer año de gobierno de AMLO está lleno de claroscuros. En temas económico, la economía mexicana está estable, pero sin crecimiento.
Las percepciones y los análisis económicos en torno al primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) son dispares y mientras unos reconocen la estabilidad que se ha logrado a pesar de los choques externos y la incertidumbre interna, otros destacan la recesión técnica a la que se adentró México en el primer semestre de su gobierno.

En gobiernos anteriores, México había mantenido una economía con crecimientos promedio de entre el 2 y 3 por ciento al final de cada sexenio.[1] Estas cifras, según analistas, estarían por arriba de las proyecciones de crecimiento económico con el gobierno de AMLO, el cual, en los tres primeros trimestres de administración ha mantenido un crecimiento “cero” con índices de haber caído en una recesión técnica en el primer semestre del 2019.

Los números no mienten y la economía mexicana pareciera ir de mal en peor con la administración de López Obrador; sin embargo, hay entusiastas que defienden el modelo adoptado por el nuevo gobierno y auguran otro panorama para el cierre del sexenio.

¿Cuáles son las buenas señales?
El Instituto Mexicano de ejecutivos de Finanzas (IMEF) destacó que el primer año del gobierno de AMLO contó con elementos destacables que mantuvieron finanzas públicas sanas y variables macroeconómicas estables, en reacción a la disciplina fiscal, el manejo y el respeto de la autonomía del Banco de México, así como la búsqueda de un mecanismo alternativo y contracíclico que permitieran sanear las finanzas de Petróleos Mexicanos (Pemex)

Para Fernando López Macari, presidente del IMEF, otro aspecto aceptable del primero gobernó de AMLO son el impulso de políticas públicas a favor del combate a la pobreza, la atención del desarrollo en el sureste mexicano y la estrategia de combate a la corrupción.

Si bien el gran ausente del 2019 fue el crecimiento económico y, de acuerdo con estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el mismo llegará al 0.2 por ciento en el 2019, el cambio de modelo en el nuevo gobierno no deja de ser esperanzador al mantener estables variables como la inflación y el tipo de cambio.

El salario es otro punto a destacar. En la administración de López Obrador se logró un incremento salarial el cual abona a mejorar el bienestar de la población menos favorecida, además de incluir en los programas una pensión universal para los adultos mayores.

Pero ¿por qué Mexico no crece?
Uno de los detonantes del crecimiento económico es la inversión en proyectos de infraestructura, ya que permite la reactivación de las industrias, incrementa el empleo formal y la recaudación fiscal.

En el primer año de gobierno de AMLO, la inversión privada sufrió un freno en seco. Eventos desacertados para los empresarios, como la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM) y la presunta cacería en contra de evasores fiscales, fueron dosis directa de incertidumbre.

Los recortes al presupuesto que nacieron de la mano de la Ley de Austeridad tampoco fueron bien vistos por el sector privado, acostumbrado a obtener jugosos contratos gubernamentales. Todo esto, aunado a hechos políticos como la Ley Bonilla y la equiparación de los delitos fiscales a delincuencia organizada, han sido alimento directo a la incertidumbre, el peor enemigo de la inversión.

En el primer año de gobierno de AMLO, México sufrió de nulo crecimiento y fue hasta la última semana de noviembre que el gobierno federal presentó su Plan Nacional de Infraestructura que, si bien ha sido aceptados por los distintos niveles empresariales, no deja de “llegar tarde” desde el punto de vista fiscal, ya que en temas económicos el freno se verá reflejado en la recaudación que se dejará de percibir en 2020 por la inactividad del 2019.

Lucha contra la corrupción, el arma secreta
A pesar de los datos que arroja el análisis económico, parece que a López Obrador lo que menos le preocupa es el cero del crecimiento.

Para el presidente, el punto clave para mantener el nivel de crecimiento al menos en los parámetros en los que cerró 2018, es la lucha que ha comenzado contra la corrupción, principalmente contra el robo de combustible y que ha destapado una cloaca de redes de operación en donde están involucrados funcionarios públicos, empleados de Pemex, empresarios y por su puesto el crimen organizado.

Otro punto clave para impulsar el crecimiento señalado en el modelo de “economía moral” impulsado por el gobierno federal, es el incremento de consumo desde la economía familiar.

Las Becas del Bienestar han sido programa clave en la redistribución del Ingreso y, de acuerdo con estimaciones y los “otros datos” del presidente, el consumo interno directamente en tiendas locales permitirá un despertar de la base poblacional menos favorecida.

Al cierre del primer año de gobierno de AMLO, parece que los analistas y el gobierno están jugando a las vencidas al revelar sus proyecciones de crecimiento; pero, a pesar de los “otros datos”– que apuntan a que “México está feliz, feliz, feliz” – la realidad es que técnicamente México no crecerá al dos por ciento anual como lo espera el presidente.

[1] Carlos Salinas, el PIB creció en promedio del 4 por ciento, con trampolines artificiales que cobraron factura en el llamado “error de diciembre”. Ernesto Zedillo enfrentó un derrumbe del 6.4 por ciento del PIB con crecimiento promedio del 3.4 por ciento. Vicente Fox enfrentó la caída del 0.4 por ciento por la contracción de la economía de Estados Unidos en 2001, pero logró un crecimiento del 2.3 por ciento. Felipe Calderón enfrentó la crisis global del 2009 con una caída del 5.3 por ciento del PIB, logrando una recuperación del 3.5 por ciento de crecimiento promedio al cierre de su sexenio. Finalmente, Enrique Peña logró un crecimiento del 2.17 por ciento y una fuerte devaluación del peso durante su sexenio.

El Semanario

CIUDAD DE MÉXICO.- La cancelación de las Zonas Económicas Especiales (ZEE) constituye un desacierto del gobierno federal debido a que perdió un incentivo para atraer inversiones en un contexto de desaceleración económica y falta de recursos para infraestructura, consideró Fernando López Macari, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF)
“Las Zonas Económicas Especiales eran un proyecto capaz de llevar inversión, empleo y desarrollo a las regiones que más lo necesitan, sin la necesidad de que el gobierno federal hiciera un gasto fuerte en infraestructura dado que los proyectos iban a correr a cargo de la iniciativa privada”.

En entrevista indicó que la cancelación de este proyecto que contemplaba incentivos fiscales, aduaneros y económicos para detonar la inversión en el sur y en el sureste del país envió el mensaje a todo el mundo de que en país existe dificultad para dar continuidad a proyectos de largo plazo.

“Se envió un mensaje de incertidumbre a los inversionistas de todo el mundo, los cuales buscan las mejores condiciones de negocios en un país para emprender”.

Destacó que las Zonas Económicas Especiales son un proyecto que quieren rescatar algunos gobiernos estatales, sin embargo, consideró que será difícil lograrlo dado que los incentivos que pueden otorgar a los inversionistas no son significativos para determinar una inversión de gran tamaño.

Hasta antes de la transición de gobierno, había un cúmulo de inversiones, que prácticamente requería los últimos permisos, por 2 mil 792 millones de dólares, los cuales significaban una generación de 5,950 empleos. “Sin embargo, eso es apenas lo que se daría con el banderazo de salida porque la perspectiva de inversión era tres veces mayor”.

Fue el 28 de septiembre del 2017 cuando se emitieron las declaratorias de las zonas de Lázaro Cárdenas-La Unión; Puerto Chiapas y Coatzacoalcos.

El 18 de diciembre del mismo año, la de Progreso y Salina Cruz. Mientras que el 17 de abril del año pasado, se presentaron las declaratorias de Campeche y Tabasco.

Las Zonas Económicas Especiales se ubicaban en las regiones con mayores rezagos, por ello, constituían “una oportunidad para que el nuevo gobierno perseverará en su objetivo prioritario de detonar el crecimiento económico”.

La experiencia ha sido una palanca de desarrollo comprobada pues actualmente existen más de cuatro mil zonas de este tipo alrededor del mundo.

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